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Tu Mejor Opción en Servicios de Arrendamiento y Mantenimiento de Maquinaria Pesada

kelly

A 10 minutos de Satipo está Río Negro. Ahí creció jugando a ser abogada, pero mirando con curiosidad cómo funcionaban los automóviles. No le prestó atención a la idea de que una carrera vinculada al sector automotriz esté poblada por hombres. Y postuló para estudiar Maquinaria Pesada. Fue la primera mujer en seguir esa carrera y la única de su promoción.

“En la zona donde estudié no había ninguna carrera de mecánica ni automotriz. Justo estaba entrando Senati y postulé a Maquinaria Pesada. Yo quería arreglar vehículos, solo que me tocó arreglar unidades más grandes”, me dice Kelly Gamboa y desliza una risa discreta. Hoy es jefa de Logística en una empresa que opera en una mina de oro de Nicaragua. Está en Managua, a 10 horas en auto de la zona de obras.

Un día su madre le dijo que había llegado un instituto donde podía estudiar lo que tanto le llamaba la atención. Kelly me dice que tiene más de su madre: carácter fuerte, persistente. Y fue quien más la apoyó. Sus padres se separaron cuando ella tenía 18 años. “No he tenido su apoyo”, me dice sobre su padre. Pero no fue un problema. “Me sirvió para decir que sin él, pude hacer algo”, agrega. Su tono de voz es tenaz, firme, de mando. “Me han dicho que por mi voz parece que siempre paro molesta, pero no es así. Cuando me llegan a conocer, es distinto”, dice y relaja la voz.

-Incluso hasta ahora hay el estereotipo de que la mujer juega con muñecas y el hombre con carros. ¿Cómo le tocó crecer a usted?

He crecido mayormente con primos varones y éramos pocas mujeres. Entonces, ellos compartían sus juguetes. Pero también he tenido bastantes muñecas. Lo que sucede es que simplemente me llamaba la atención cómo funcionaban los autos, por qué se movían. Era una curiosidad que siempre tuve. Cuando quise estudiar superior, me decidí por esa carrera. Además, en la zona donde vivía, las carreras que había eran más Forestales, Agronomía, que eran carreras que no las miraba como opción para trabajar en ello en la selva, porque yo sabía que con la carrera de Mecánica podía irme a cualquier sitio a trabajar.

-Aunque terminó trabajando en la selva, no de Perú pero sí de Nicaragua.

¡Sí! Aunque mis padres no tenían chacras, por eso tampoco me llamaba la atención el cultivo.

-¿Cuando ingresó a estudiar, había más mujeres o usted era la única?

Postulamos algo de 160 alumnos e ingresamos 40 en Maquinaria Pesada, y yo era la única. Y también fui la primera porque fuimos la primera promoción.

-Usted es una pionera, Kelly.

Se podría decir que sí (risas). No les tengo miedo a los retos; es más, la familia y amigos me preguntaban si estaba segura de estudiar Maquinaria Pesada y si lo iba a terminar. Y eso fue un reto; les respondía que sí iba a terminar la carrera. Y de verdad, poco a poco me gustó más y cada vez la veía más interesante.

-¿Y ha sido difícil ser mujer en ese sector?

Difícil no tanto, pero sí en lo físico. Por ejemplo, aflojar un perno para las mujeres de todas maneras hay un poco de dificultad porque la fuerza de una mujer en comparación con un hombre es menor; aunque siempre he podido hacerlo porque hay formas de cómo solucionar eso y no he tenido inconvenientes.

-La fuerza se soluciona con maña, dicen.

Sí, claro. Al final, cada uno tiene la maña de poder soltar un perno. Pero después se podría decir que he sido privilegiada al ser la única mujer (ríe).

-¿No le molestaban por haber elegido esa carrera?

Al inicio sí, los varones, porque de todas maneras todavía hay machismo en nuestro país. “Oye, qué vas a estudiar esa carrera, es para varones”, me decían. Yo les decía que iba a demostrar que igual una mujer puede. Me gustan los retos. Y siempre he creído que si un varón puede, una mujer también. No me limito a nada.

-Me dice que siempre ha tratado de “maestros” a los jefes o mecánicos que conoció. ¿Qué le decían sus primeros maestros?

Cuando ingresé a trabajar a la Municipalidad de Río Negro, todos eran varones. Cuando llegué, se quedaban todos calladitos, pero los mecánicos me decían que no me intimide. “Tú puedes hacer lo mismo”, me recalcaban.

-¿También fue la única mujer en su primer empleo?

Sí, también. En la mayoría de empresas que he trabajado, predominan los varones.

-¿Ha tenido que demostrar que sabía o esforzarse el doble para ganarse el respeto?

En algunas ocasiones sí, como para decirle: “Yo puedo hacerlo”, demostrar que sí podía para no tener ese miedo o para que me sigan dando la oportunidad de trabajar. Si un varón podía aflojar el perno, yo también lo podía hacer.

-¿Qué se les puede decir a quienes desean seguir Mecánica o Maquinaria Pesada y que dudan por ser sectores donde predominan los hombres?

Que se decidan de una vez por estudiar esas carreras. Maquinaria Pesada es una carrera con muchas oportunidades. No se limiten, las mujeres podemos hacer de todo. En estos tiempos, ya no es solo una carrera para el varón. No tengan miedo.

-¿Algo la frena en la vida?

Hace tres años me diagnosticaron una enfermedad como artritis prematura. Eso ahorita me frena porque hay miedo de que pueda ir aumentando esa enfermedad, me limita para algunas cosas y por eso estoy en el área logística, pero si me dicen “vamos a la máquina”, yo entro.

-Nació en Satipo y hoy está en Nicaragua. ¿Se mira al espejo y qué piensa de usted?

(Se queda en silencio). Que sí pude. Siempre me levanto diciendo que hoy será un día mejor.

Fuente: Peru21.pe

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